Gastgebruiker
8 april 2024
Desde su inauguración tenía muchísimas ganas de conocer este hotel y por fin esta semana lo conseguí. Se trata de un edificio rehabilitado con un gusto y un detalle exquisito, consiguiendo aunar la esencia del mismo y la comodidad y confort que merece una instalación de este tipo. Estuvimos hospedadas en la habitación DELUXE GARDEN, preciosa, con 4 ventanales al extenso jardín que hacen de la estancia una experiencia única. Amaneces en plena naturaleza rodeada de preciosos árboles centenarios que hacen que se te olvide que estás en la “civilización”. Despertar así es un verdadero lujo que merece la pena vivir y, en mi caso, alargar con un suculento y variado desayuno. Y qué decir de sus dueños Pilar y Víctor. El recibimiento, la atención y el servicio que nos prestaron superó todas mis expectativas. Preocupados al máximo por el bienestar del cliente sin caer en el exceso, con un trato cordial, familiar, la medida EXACTA. Un 10 chicos. Y por último y como colofón mencionar el invernadero de Víctor, un remanso de paz y desconexión.
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